La autoridad upelista exigió al Ministro de Educación Universitaria, 
Jorge Arreaza, que se pronuncie en contra de la violencia
El rector de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Raúl López Sayago, manifestó su rechazo a los actos violentos cometidos el jueves 21 de abril por colectivos en contra de trabajadores de esta Casa de Estudios y del Núcleo La Morita de la Universidad de Carabobo, quienes fueron víctimas de agresiones y vandalismo en las inmediaciones del Consejo Nacional Electoral en Plaza Caracas, con la mirada indiferente de la Guardia Nacional Bolivariana.
El
 Rector de la UPEL exigió al Ministro de Educación Universitaria, Jorge 
Arreaza,  que se pronuncie en contra de estos actos que lesionan a 
miembros de la comunidad universitaria y destrozan bienes nacionales que
 en estos momentos son difíciles de adquirir.
El
 Rector de la UPEL narró que alrededor de 30 trabajadores 
administrativos y obreros del Instituto Pedagógico de Maracay asistieron
 a una reunión en el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y 
Tecnología, en la esquina del Chorro, para discutir el aumento salarial y
 aspectos relacionados con las cláusulas de la Segunda Convención 
Colectiva. Los upelistas se trasladaban en una unidad de transporte de 
la Universidad que los llevaría de regreso a Maracay y debieron pasar 
por las inmediaciones de la sede del CNE donde se realizaba una protesta
 por parte de diputados de la Asamblea Nacional. En ese lugar se 
encontraba un grupo de personas identificadas con el gobierno que 
implementaron una alcabala y al ver el transporte de la UPEL ingresaron 
armados al autobús y agredieron a los ocupantes, en su mayoría mujeres 
de edad avanzada, robaron las pertenencias de algunos de ellos y 
destrozaron las ventanas del transporte universitario.
“Nuestros
 trabajadores fueron brutalmente agredidos y atacados por simpatizantes 
del oficialismo, al punto tal que destrozaron todos los vidrios de la 
unidad, ingresaron a ella, amenazaron a nuestras trabajadoras y les 
quitaron sus carteras y pertenencias personales”.
López
 Sayago reiteró que se trató de un acto irracional, de vandalismo, que 
desdice mucho de la imagen de Venezuela, de su pueblo que no es violento
 ni agresivo. “De alguna manera se ha venido sembrando en ciertos grupos
 ese tipo de actuación, con el objetivo de amedrentar y callar a la 
gente, cuando con todo derecho se manifiestan en contra de lo que 
consideran violaciones a sus condiciones de vida y de convivencia. Todo 
esto sucedió teniendo como observador a la Guardia Nacional Bolivariana,
 que debería estar al servicio del resguardo, de la integridad física de
 los ciudadanos venezolanos y de los bienes de la nación. Ese autobús es
 un bien nacional comprado por el Estado venezolano y asignado a una 
universidad. Los que deberían resguardar al pueblo y los bienes 
nacionales se convirtieron en simples espectadores de la violencia y no 
hicieron nada. De esta manera, permitieron a grupos violentos actuar con
 total impunidad.
En
 este momento le tocó a la UPEL transitar por allí y que sus 
trabajadores vivieran esa violencia. Yo quiero como Rector rechazar ese 
acto vandálico, pareciera que debemos sectorizar el país para ver por 
cuál ruta podemos transitar sin riesgo, porque hay rutas que están 
asignadas a la violencia y vetadas a los ciudadanos comunes”.
Momentos de terror
Edgar
 Nieves, secretario general del Sindicato de Trabajadores 
Administrativos del Instituto Pedagógico de Maracay (SUTAIPRAEL) era 
parte de la comitiva de trabajadores que fue atacada en la unidad de 
transporte de la UPEL. Señaló que una vez que los colectivos vieron el 
autobús de la Universidad,  inmediatamente le cerraron el paso y 
comenzaron a gritarles insultos como “malditos escuálidos” y 
“guarimberos”, porque pensaban que se trataba de estudiantes 
universitarios.
“La
 turba de chavistas comenzó a lanzar piedras al autobús y tuvimos que 
arrojarnos todos al piso, después se subieron al autobús armados y 
apuntaron al conductor y a otro de los trabajadores. Fue una agresión 
con alevosía y con la mirada silente de la Guardia Nacional, robaron a 
algunas de las señoras que estaban con nosotros. Creo que la situación 
no fue peor porque vieron que éramos trabajadores, no sé qué hubiera 
pasado si en lugar de nosotros se hubiese tratado de estudiantes”.
Nieves
 señaló que en estos momentos reciben la asesoría legal necesaria para 
realizar las denuncias ante el CICPC y la Fiscalía General de la 
República. 
Escrito por Angley Vivas
