La
 comunidad  upelista que hace vida en el Rectorado de esta Casa de 
Estudios inició la celebración del 28 aniversario de la Consolidación, 
que significó la unión de los institutos pedagógicos del país en una 
sola Universidad.
La
 Galería Audiovisual instalada en el salón de usos múltiples del 
edificio El Tamarindo, fue el espacio que acogió a los trabajadores  e 
invitados especiales,  y en el que los presentes disfrutaron de un 
análisis histórico sobre la Universidad de Los Maestros,  realizado por 
su ex secretario y ex vicerrector de Docencia, doctor Omar Hurtado 
Rayugsen, un recorrido por las imágenes más emblemáticas del momento en 
el que se firmó el Acta, los equipos rectorales que han guiado la 
gestión de la Universidad y la proyección de los videos “28 Aniversario 
de La Consolidación y Patrimonio UPEL, segunda edición: “El Teatro del 
Magisterio, ícono cultural de la UPEL”.
La
 directora de Comunicación y Relaciones Corporativas, doctora Yasmín 
Mejía, instaló el evento, destacando su objetivo primordial que fue el 
afianzamiento de la identidad institucional y el sentido de pertenencia 
del personal hacia la Universidad. Por su parte, la vicerrectora de 
Docencia, doctora Doris Pérez Barreto, señaló el importante significado 
de la función que cumple la UPEL como formadora de maestros. Asimismo, 
destacó la trascendencia de la actividad, porque al mostrar el 
patrimonio institucional se afianza el acervo histórico de la UPEL y se 
construye un legado para las próximas generaciones.
La UPEL en tres tiempos
En
 su discurso el doctor Omar Hurtado Rayugsen hizo un recorrido por 3 
momentos históricos de la Universidad: El primero, su génesis en el 
Instituto Universitario Pedagógico de Caracas y las dificultades que a 
mediados de la tercera década del siglo pasado surgieron para impedir el
 nacimiento de una institución dedicada a formar a los educadores. Pero 
al mismo tiempo, destacó que con su creación, el hoy llamado IPC dejó su
 huella en los momentos más importantes del país como el primero en 
darle cabida al género femenino para profesionalizarse en el área 
docente, la batalla que se dio con el decreto 321,  los egresados del 
año 1958, primera cohorte del período democrático, la formación del 
Colegio de profesores de Venezuela, entre otros.     
En
 segundo lugar, la creación de la UPEL con hechos tan significativos 
como la designación de la Comisión de Estudios de Factibilidad, el 
decreto de Creación, la Comisión Organizadora, la instalación del 
Consejo Universitario, la creación de normativas, reglamentos y 
políticas, la homologación curricular.  Indicó que con el proyecto de 
creación de una universidad que sistematizara el viejo principio del 
Estado Docente, se revivieron  los enfrentamientos entre los sectores 
laico y seglar, oficial y privado, que ya habían actuado a mediados de 
la década de los cuarenta.
El
 tercer momento, denominado El Porvenir, sobre el cual señaló que está 
marcado por tantas  dificultades como las que se vivieron en el primer 
momento cuando se creó el centro de formación docente IPC, pero 
adaptadas a los tiempos actuales. En tal sentido enumeró una serie de 
circunstancias difíciles que atraviesa que la Universidad:
“Primero,
 todavía está prendido entre nosotros el debate acerca de si en los 
pedagógicos graduamos docentes, investigadores o gerentes. En lo que a 
nosotros respecta estamos convencidos de que graduamos Maestros.
Segundo,
 los responsables de las dependencias involucradas sostienen un reclamo 
constante ante la carencia de equipos, reactivos y materiales 
indispensables para la  formación de los  educadores que el país exige. 
Nosotros, igualmente estamos convencidos que es una deuda que 
obligatoriamente tenemos que solventar.
Tercero,
 el tema de la insuficiencia presupuestaria y las limitaciones 
financieras ha adquirido el carácter de un drama cíclico y ad infinitum,
 en el que cada actor reclama su parte del argumento, dependiendo del 
rol que le toca protagonizar.
Cuarto,
 la derivada de no tener la infraestructura adecuada para nuestras 
delicadas funciones, hoy en día tiene las elevadas notas de un concierto
 sin término y sin solución para conocer sus reales dimensiones. Es 
suficiente con darle la palabra a los que sobreviven en nuestros 
institutos, núcleos, extensiones y sedes.
Quinto,
 las consecuencias de no haber solucionado eficientemente nuestra 
definición legal, aún perviven, porque con todo y la creación de la 
Universidad Pedagógica Experimental Libertador, existen instituciones 
que nos miran por encima del hombro y se permiten discriminar a los 
cuadros egresados de los institutos.
La
 Venezuela que se asoma a la primera centuria de este milenio que ya se 
está haciendo vieja, encuentra a la UPEL como un proyecto en plena fase 
de definición, evaluación y reinserción que está en la obligación de 
responderle al país  formando y entregando a los profesionales de la 
docencia que reclaman los tiempos mejores”.
Al
 destacar la presencia de la UPEL en todo el país, la amplia  matrícula 
que posee, sus estudios de pregrado, postgrado y extensión que abarcan 
numerosas especialidades y áreas del conocimiento  y la investigación 
“que cumple todas las especificidades”, el doctor Hurtado Rayugsen 
señaló que la realidad es compleja y cada vez más exigente por lo que 
reafirmó que el reto del milenio es corregir las asimetrías, de manera 
que los que tienen más y que cada día son menos actúen con conciencia 
hacia aquellos que tienen menos y cada día son más. “En esa dicotomía: 
cualificación del conocimiento versus direccionalidad social del mismo, 
preside el reto que los herederos del insigne Pedagógico Nacional 
tenemos que afrontar”.
Finalmente,
 hizo un exhorto a las autoridades de la Universidad y a la comunidad 
upelista, entendida como un todo, para que exija el papel de institución
 de vanguardia que está en la obligación de asumir. Los pergaminos que 
la UPEL puede exhibir, no lo dudamos, están por encima de los de 
cualquier otra institución hermana. Las políticas y funciones que 
existen desde hace años, nos colocan con legitimidad histórica al frente
 de cualquier otra institución. Las condicionantes del momento que 
estamos viviendo, reclaman más y mejores educadores como los que  la 
Universidad de Los Maestros está en capacidad de formar con sólo 
valorizar el impacto de su primer existir.
Escrito por Angley Vivas
