El
Vicerrectorado de Extensión de la UPEL trabaja en la elaboración de un
proyecto de creación de escuelas para la paz, el cual presentará ante la
UNESCO y a las autoridades legislativas nacionales con el propósito de
lograr el financiamiento requerido para esta ambiciosa iniciativa.
La
vicerrectora de Extensión, doctora María Teresa Centeno, señaló que los
índices de violencia que vive el país ameritan acciones como esta que
conduzcan a lograr la paz. “Por la circunstancias que vive el país y con
el apoyo de la Unesco, la UPEL tiene la oportunidad de crear las
escuelas para la paz, que son proyectos que en otros países vienen
funcionando. Nosotros tenemos una experiencia importante de trabajo con
los Diplomados en Cultura de Paz desarrollados por el doctor José Ramón
González Pérez, recientemente desaparecido, y quien era representante
de la Unesco en cultura de paz”.
La
doctora Centeno manifestó que presentarán el proyecto a la Comisión de
Educación de la Asamblea Nacional y al organismo internacional para
lograr el apoyo financiero. “Si el gobierno apoya este proyecto, quién
mejor que la UPEL para tener unas escuelas donde la pedagogía de la paz
sea un valuarte importante en la formación de nuestros estudiantes,
además del impacto que puede tener en el resto de la comunidad”.
Los
primeros pasos para hacer operativa esta iniciativa ya los ha dado la
UPEL y es la formación de los estudiantes en la cultura de paz.
Asimismo, cuenta con la Cátedra Unesco de Educación para la paz y está
inaugurando espacios de paz en cada uno de sus institutos.
Adicionalmente, en el proceso de transformación curricular que adelanta
la Universidad está prevista la enseñanza y aprendizaje en el
desarrollo en valores.
Las
escuelas de paz que promueve la Unesco son instituciones educativas que
funcionan en diversos países y están comprometidas con la construcción
de una cultura de la paz, mediante la ejecución de actividades,
proyectos y programas, dirigidos a los alumnos, los docentes, las
familias y las comunidades. Estos programas motivan la participación de
la sociedad en su conjunto, promueven la convivencia pacífica y una
mejor calidad de vida para la población.
“En
nuestro caso la escuela para la paz sería una instancia donde internos y
externos de la Universidad se formarían en este tema tan importante, se
presentarían proyectos de investigación, ideas y actividades que
promuevan la paz en las comunidades y al interior de la comunidad
universitaria. En definitiva, se trata de actividades que promuevan la
paz y personas que se formen en pedagogía de la paz, de tal forma que
podamos impactar en políticos y en personas encargadas de hacer las
políticas públicas”.
Centeno
asegura que el trabajo se enfoca en una conceptualización de la paz
positiva y cómo podría impactar en la formación de docentes preparados
para que en sus comunidades hablen y ejerzan acciones en términos de
pedagogía de la paz. “La paz positiva es aquella en la que yo no digo
que para que haya paz tiene que haber terminado la guerra, sino que
simplemente en la parte interior de las personas se desarrolla un
ambiente de armonía y no se piensa en el conflicto y en la guerra. Se
piensa positivamente en que las relaciones entre los seres humanos son
de convivencia, de tolerancia, de solidaridad. Ese es el sentido
positivo en la paz”, explica Centeno.
Johan
Galtung, politólogo noruego afirma que la paz positiva “supone un nivel
reducido de violencia directa y un nivel elevado de justicia. Se
persigue la armonía social, la igualdad, la justicia y, por tanto, el
cambio radical de la sociedad”.
La paz, una responsabilidad de todos
El
lenguaje agresivo, las expresiones que se orientan a la separación y no
a la unión, donde no hay armonía sino distanciamiento entre las
personas, son acciones que contradicen los principios de la paz
positiva. Si por el contrario los gobernantes, padres y maestros
permanentemente exhortan, motivan y trabajan en términos de diálogo, de
respeto al disenso, de comunicación y entendimiento, puede lograrse la
tranquilidad que se anhela. “El poder de la palabra, bien sea
disuasivo, persuasivo o agresivo, marca la diferencia entre lo que es
ese sentido de tener paz, de respirarla, transmitirla y ejercitarla, eso
hace una gran diferencia”, afirma la Vicerrectora de Extensión.
Para
la doctora Centeno la cultura de paz es una responsabilidad que recae
en todos los miembros de la sociedad y especialmente en los gobernantes.
“Las
posibilidades que tiene este mundo actual de que se genere un conflicto
mundial quiero creer que son remotas. La verdadera guerra la tenemos
día a día, al menos en este país, la recibimos a diario al no tener
alimentos, medicinas, respuestas a nuestra necesidades inmediatas, y eso
no está en manos de nosotros, son acciones gubernamentales y tienen que
empezar por allí”.
En
el caso de los docentes, señala que estos profesionales están llamados a
inculcar en sus estudiantes el respeto y ejercicio de los derechos y
deberes consagrados en la Constitución Bolivariana de Venezuela. Por
otro lado, afirmó que la UPEL como responsable de la formación de los
docentes del país debe garantizar que sus egresados sean conscientes de
su papel como líderes sociales. “Ningún egresado de la UPEL debería
ignorar que tiene un rol fundamental: ser líder social comunitario.
Cualquier lugar donde le toque trabajar, indistintamente de que su
centro de aplicación sea la escuela, el liceo o la universidad, tiene la
misión no sólo de transmitir los contenidos de su materia, sino de
formar parte de un equipo que va a trabajar y a hacer educación
integral, de eso se trata la enseñanza en valores”.
Escrito por: Angley Vivas
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