martes, 8 de abril de 2014

Estudiante de la UPEL ganó Premio Nacional Universitario de Literatura “Alfredo Armas Alfonzo”

Estudiante de la UPEL ganó Premio Nacional Universitario de Literatura “Alfredo Armas Alfonzo”



 Lunes, 07 de Abril de 2014 14:39 | Escrito por Angley Vivas

El estudiante de la UPEL Robert Rincón, perteneciente al Instituto Pedagógico Rafael Alberto Escobar Lara, de Maracay, resultó ganador del Premio Nacional Universitario de Literatura “Alfredo Armas Alfonzo” en el género Poesía, por su poemario Emaús y el vientre de arena, que presentó bajo el seudónimo de Juan Crisóstomo.

La Comisión Permanente de Directores de Cultura de las universidades venezolanas reconoce con el Premio Nacional Universitario de Literatura la creación literaria de estudiantes de pregrado.
El upelista Robert Rincón fue declarado ganador por el jurado integrado por los profesores María Clara Salas, Néstor Mendoza y Edda Armas, quienes señalaron acerca de la obra:
‘se trata de un libro de escritura madura y sopesada, profunda y original. La voz poética planteada en este libro de 35 poemas es una liturgia sobre los lazos del ser, a partir de un tema poco usual: el de los desiertos espirituales y cotidianos. Los elementos del diario vivir renuevan y santifican la congregación humilde y a veces huérfana alrededor de la mesa: Comer con la familia es otra forma de orar/y mirar con otros ojos la voluntad/ de masticar en el vacío.

El autor efectúa una lectura bíblica personal que se acopla al discurso poético. El acertado uso del recurso del encabalgamiento, unido al uso provechoso del aspecto sonoro, fortalece la sugestión del verso y el ritmo acelerado que se sostiene a lo largo del poemario, sea un caso: “Soplo/para empuñar estos trastes/mover los dedos al pecho/y conseguir un acorde/que me detenga y vea el cuerpo/melodioso”. El sobrio tono intimista está rodeado de la compañía amorosa, fraterna y divina. Además del escenario interior el yo se rodea de la naturaleza, del paisaje exterior: “Se me hace una señal desde la montaña/para correr montes, montañas y calles/ con el plan de averiguar lo que en mi/ nace como propósito”. Sin duda alguna, el autor se ha servido de la metáfora del pan y la comida para hablarnos  del valor de las luchas humanas, de sus rutinas y esplendores.’

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